En este tiempo que nos toca vivir, de emergencia sanitaria global, se desarma cualquier intento de “seguir haciendo lo que hacíamos”, nos enfrenta a nosotros mismos en muchos sentidos, desde las posibilidades de satisfacer las necesidades básicas hasta la más mínima expresión de solidaridad o no.
Desde la educación, estamos atentos a qué podemos hacer y qué no para sostener de la mejor manera posible procesos de enseñanza y aprendizaje. Las herramientas, recursos y aplicaciones dependerán de los objetivos pedagógicos que el docente quiera lograr, de su estilo de enseñanza, de las características y realidades de sus estudiantes y del contexto más amplio (no se acomoda la propuesta al recurso, es al revés). Será necesario recordar que la presencia docente a través de la producción de recursos de autoría propia (textos, vídeos, imágenes, audios) es una manera de acercar las posibilidades de encuentro, de vínculo con nuestros y nuestras estudiantes y desde allí favorecer el aprendizaje.
Desde la educación, estamos atentos a qué podemos hacer y qué no para sostener de la mejor manera posible procesos de enseñanza y aprendizaje. Las herramientas, recursos y aplicaciones dependerán de los objetivos pedagógicos que el docente quiera lograr, de su estilo de enseñanza, de las características y realidades de sus estudiantes y del contexto más amplio (no se acomoda la propuesta al recurso, es al revés). Será necesario recordar que la presencia docente a través de la producción de recursos de autoría propia (textos, vídeos, imágenes, audios) es una manera de acercar las posibilidades de encuentro, de vínculo con nuestros y nuestras estudiantes y desde allí favorecer el aprendizaje.
El Estado, las instituciones y l@s docentes tenemos la obligación –en diferentes grados y niveles de responsabilidad– de promover y garantizar el derecho a la educación para tod@s.